LA ESCUELA DE VALLECAS:
Por FRANCISCO CALVO SERRALLER
De "Escuela de Vallecas" (Libro editado con motivo de la Exposición de autores de la citada escuela, en el C.C. Alberto Sánchez, entre el18 de diciembre de 1984 a 23 de enero de 1985)
La creación de la Escuela en 1927, año ciertamente fundamental -mítico - para la vanguardia histórica española, los testimonios rememorativos de sus principales protagonistas, Alberto Sánchez y Benjamín Palencia, resultan coincidentes.
Durante un período bastante largo, a partir de 1927, más o menos, Palencia y Alvaro Delgado se citában casi a diario en la Puerta de Atocha, hacia las tres y media de la tarde, fuera cual fuese el tiempo. Recorrían a pie diferentes itinerarios; uno de ellos era por la vía del tren, hasta las cercanías de Villaverde Bajo; y sin cruzar el río Manzanares, torcían hacia el Cerro Negro y se dirigían hacia Vallecas. Terminában en el cerro llamado de Almodóvar, al que bautizaron con el nombre de Cerro Testigo, porque de ahí debía partir la nueva visión del arte español...
Entre 1925 y 1931, años de gloriosa fecundidad dentro de la vanguardia plástica y literaria de nuestro país, prosperó una línea de neo-casticismo, cuyos ejemplos más sobresalientes fueron los de Maruja Mallo, pintora entonces de escenas populares; del propio Benjamín Palencia e incluso hasta de Ramón Gaya y Moreno Villa.

En realidad, aunque los nuevos excursionistas visitaran los mismos parajes vallecanos de antaño y tuvieran como guía privilegiado a uno de los fundadores de la etapa anterior, la situación y el espíritu eran radicalmente distintos.
Desde esa perspectiva, puede uno explicarse la ilusión con que Alvaro Delgado, Carlos Pascual de Lara, Gregorio del Olmo, Enrique Núñez Castelo y Francisco San José rodearon inicialmente a Benjamín Palencia y le siguieron en su intento de resucitar la Escuela de Vallecas. Fue, no obstante, una ilusión pasajera, que, además, no se prolongó mucho en el tiempo para la mayoría de ellos, ya que, salvo San José, el último incorporado, todos abandonaron en 1942.
Desde mi punto de vista, su huella legendaria en el arte español contemporáneo tendrá siempre que ver, tanto en su primera versión de antes de la guerra como en la de después, con un estado de ánimo y con una actitud moral más que con una fórmula artística concreta. Por lo demás tampoco ha sido ésta la primera vez que en nuestro arte desempeñan un papel relevante un tipo de vivencia ética, pues, como ha escrito J. C. Mainer, «la literatura y el arte en España es casi siempre una apuesta a favor de la historia política y corre, por lo tanto, los mismos riesgos que ésta».
GENESIS Y DESARROLLO DE LA ESCUELA DE VALLECAS
ALVARO DELGADO
Madrid, noviembre de 1981
Del catálogo de la exposición de Alvaro Delgado en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza, 1983.
Sobre el tema de Vallecas han mantenido opiniones distintas Francisco San José y Alvaro Delgado. Sanjo, ha sostenido la idea de que aquel pequeño movimiento fue una realidad, y lo ha argumentado. Delgado piensa que nunca tuvieron un programa firme y serio, que sus ideas iban cambiando, compartían eso sí curiosidad y una gran pasión por el Greco.
Alberto fué el primer autor de la idea y el descubridor de aquel paisaje de mesetas de greda y cal.
Benjamín Palencia les dió a conocer la zona de la paramera del este madrileño, Vallecas, que da nombre al grupo.
Alvaro Delgado, Alberto Benjamín Palencia, Caneja, Castellanos, San José,Carlos Pascual deLara, Nuñez Castelo, quedaron citados en el malecón de la estación de Atocha e iniciaron la marcha hacia el pueblo de Vallecas. Palencia les había hablado de aquel paisaje y despertado su curiosidad por conocerio. Recuerdan que era un día gris, hacía frío y los pocos árboles que flanqueaban el camino no tenían hojas. Hicieron parte de la ruta por la carretera general de Valencia y ya próximos se metieron campo a través para ver la pequeña villa desde la vía del ferrocarril de Barcelona. La torre de la iglesia se alzaba sobre un paisaje de casas de labor, rastrojeras y tierras de barbecho. Al fondo un cerro grande salpicado de matas de tomillo. Todo de un hermoso color pardo y plateado. El aire olía a humo de lela y a plantas silvestres.
A partir de entonces todo marcha en esa dirección. El paseo a Vallecas se hizo diario. Como no tenían dinero, el camino lo hacían andando. Y empezaron a tener las primeras amistades: Lorenzo, el tabernero; don Abundio, el cura párroco; Arroyo, el herrero; Pablo, el sacristán; el dueño de la pequeña camioneta que hace el servicio público entre el Puente y el Pueblo de Vallecas..., todos van a formar parte de un grupo de relaciones y de acogidos qu
e en un momento dado harán posible el trabajo allá y les ayudan a encontrar taller. Fue un tiempo pleno de ilusión, lleno de conversaciones sobre temas diversos donde unos a otros se van dando a conocer y donde la idea de un grupo de trabajo va redondeándose.
A medida que pasa el tiempo comienzan las deserciones. Aquello era difícil. Y al llegar la primavera el grupo ha quedado reducido a Palencia, Carlos, San José y Alvaro Delgado. El resto no pudo aguantar las interminables y largas caminatas, las conversaciones sin fin, y han perdido la paciencia ante el proyecto que no cuaja. Sus familias les presionan para que dejaran aquello, temerosas de un porvenir incierto.
Las circunstancias en el país tampoco favorecen nada. Hace unos meses que estalló la II Gran Guerra y a la situación precaria en que quedaron después de nuestra guerra civil se suman nuevos inconvenientes. El hambre y el frío les obsesionaban. Se añade a ello el que casi todas sus familias pertenecen al bando perdedor de la contienda y su situación económica es muy precaria. Gregorio, Enrique Castelo y Perecito abandonan uno tras otro sin dar explicaciones.
Como era natural, aquello no podía acabar bien y al cabo de quince días en que no hicieron más que fregar suelos, limpiar cristales, arrojar escombros y encalar habitaciones, surgió, por una pequeña puerta que había en el patio, un energúmeno gigantón que se dirigió a ellos enfadado e insultándoles. Al ver que Palencia callaba atemorizado, Alvaro Delgado se enfrentó con el tipo, le dijo alguna impertinencia y le exigíó
que hablase con más respeto ante el mejor pintor de España.
El individuo, mucho más enfadado aún, insultó y salió echando chispas. No transcurrieron diez minutos cuando unos fuertes golpes dados en la puerta del patio les obligó a abrirla y se encontraron con el exasperado personaje y una pareja de la Guardia Civil a cuyo auxilio había recurrido para echarles de la casa.
Las dificultades se multiplican. No tienen un cuarto y han de hacer milagros para pagar la parte que les corresponde en el alquiler de la casa. Dibujan gracias a que el padre de Carlos, director de una Escuela, les regala el papel y la tinta. Siguen con hambre. Benjamín se encuentra cada vez más distante, atento solamente a su trabajo y a la felicidad que le corresponde.
Benjamín habla poco del CONVIVIO (nombre que deciden dar al grupo del que Benjamín Palencia se considera maestro) y cuando lo hace es para decir cosas peregrinas: «hemos de pensar en un escudo para el grupo. Puede ser una esfera, símbolo del Universo, dividida en cuatro partes significando los elementos. La esfera descansará sobre un compás de la sección dorada, que es la armonía. Lo haremos en un tamaño tal que pueda llevarse en fa solapa. La vuestra será de plata, como discípulos que sois. La mía de oro».
Después de una serie de fracasos, enfrentamientos y enconos, en unas circunstancias que cada vez eran más adversas y situaciones que analizadas no dejaban de ser divertidas, aquello acabó como en una película del buen Chaplin. Carlos y yo - San José eligió quedarse, en estampa melancólica, con los bártulos de pintar bajo el brazo - emprendimos carretera adelante y hacia el ocaso, un camino que podía llevarnos a muchas partes, pero desde luego no al CONVIVIO.
NOTA AUTOBIOGRAFICA DE FRANCISCO SAN JOSE
Nací en Madrid el 25 de abril de 1919
De niño tenía demasiada afición al dibujo y a hacer acuarelas de todo lo que me rodeaba
Mi tío, amigo de Cecilio Plá, Benlliure y otros pintores de la época, devotísimo de Velázquez, canalizaba mis aficiones al cultivó de lo «clásico».
Por medio de Juan Francés, pasé a ser alumno de la Escuela de Artes y Oficios artísticos, por mi rebeldía no podría ser un buen pintor nunca, pero si por mi afición y por mi incansable voluntad de trabajo. Para consolarme decía que como el mundo está cada vez más loco podía aspirar a un buen puesto secundario.
Todo esto lo alternaba con mis estudios regulares en la Escuela Central Superior de Comercio donde conocí e hice entrañable amistad con Enrique Nuñez Castelo, también muy dado, como yo a la pintura y que posteriormente iba a alinearse en el grupo de Vallecas.
He de confesar que el griego se me atravesaba, lo que no impidió que leyera una gran parte de escritos y curiosidades pitagóricas que es lo que siempre me ha interesado.
En 1937 y 38 paso a la Escuela de Bellas Artes con Daniel Vázquez Díaz. Despertó en mí un ansia voraz por conocer todo o nuevo y anticanonico. Comprendí que en nuestro tiempo ya no encajaba Monna Lisa ni Las Meninas sino en el Museo.
Lleno de fiebre renovadora y alentado por el maestro comencé mis primeros ejercicios en contra de todo lo que me habían enseñado que era bueno. Allí conocí a Alvaro Delgado, Cirilo Martínez Novillo, Gregorio del Olmo, y Carlos Pascual de Lara. Con Luis Gracia Ochoa iba a dibujar estatua en el Casón y pintábamos en su casa.
La guerra española estaba en su punto álgido y decisivo; en 1939 cambié los pinceles por las armas pasando a los frentes de la defensa de Madrid.
La dura experiencia del hambre, la visión de los muertos, la pobreza y la duda al cumplir los veinte años cambiaron mi carácter conviniéndome en hombre reservado.
Los avatares, vicisitudes, programas, manifiestos, realizaciones, luchas y fracasos de la Escuela de Vallecas no cabrían en un extenso libro. Y sus triunfos, porque la verdad, de allí surgió la apertura total hacia la faz que conforma hoy toda la pintura española.
Poníamos mucha atención y deseábamos siempre una nueva visión de las cosas. Estábamos muy informados sobre el arte contemporáneo.
Estas crisis y otras dificultades de reunión no tardaron en mermar el reducido grupo. Alvaro, Gregorio, Carlos, Enrique fueron desapareciendo y la Escuela de Vallecas fuimos durante muchos años Benjamín y yo solos.
La crisis me empujó a unos tanteos sobre arte abstracto geométrico y linealista. Bulcholz y Clan me compraban exposiciones.
Benjamín tuvo un gran triunfo. Le concedieron primera medalla y la consagración. Su pintura comenzó a alcanzar los primeros precios dignos en el mercado. Al principio tímidamente, después en ascenso astronómico. Yo, nada.
Mi espíritu insolidario me apartaba del trato de gentes.
Yo dibujaba en modestas cuartillas y sobre expedientes de la RENFE.
Casi toda mi familia murió de indigencia y tuberculosis. Yo mismo adquirí la terrible enfermedad. me salvé por mi rabia.
Me casé con la pintora Pilar Aranda. No teníamos ni un rincón para vivir como no fueran los páramos de Vallecas. Un accidente casi mortal sobre el hígado la inutiliza periódicamente.. Se habló de un trópico, de América. Por circunstancias familiares podíamos ir a Venezuela. Nos residenciamos en Caracas en agosto de 1956.
Caracas es la ciudad de la eterna primavera. Cuando llegamos nadaba en la abundancia. Criollos y emigrantes de todas partes del mundo se disputaban el reparto del petróleo. En este río revuelto de los años cincuenta, en Caracas se podía pescar de todo.
Al poco vendimos un lote de cuadros a una empresa de seguros. Un accidente en el trabajo sufrido por Pilar acabó con los pequeños ingresos en una clínica. En una ciudad de tan fuerte economía, la pintura apenas tenía cotización ni aprecio. Era considerada una ocupación para perezosos u ociosos ricos.
Pilar hacía tarjetas de Navidad, decoración y dibujos para revistas. Esto duró poco Luego pasé a otras dos empresas dibujando folletos para venta de fincas y otros productos. Mientras yo estaba entretenido en estos menesteres iba pintando cuadros en los ratos libres, principalmente Caracas y sus alrededores, lo que me rodea y a mi manera, lo más posible alejado de los modos de otros, como he hecho siempre. Pilar recibía cuatro o cinco personas que querían aprender a dibujar y pintar. Yo pintaba y guardaba mis cuadros.
Ha realizado exposiciones en muchas salas de Caracas, voy perdiendo la cuenta. La primera en 1958 en la galería Norte-Sur, que dirigía el pintor Felipe Vallejo. El interés del público y el número de galerías venezolanas va en aumento, lo mismo que el interés hacia nuestra pintura y nuestra labor didáctica. Siempre se nos espera, y tenemos obras en muchas colecciones venezolanas.
FRANCISCO SAN JOSÉ
Octubre de 1972
NOTA BIOGRÁFICA DE BENJAMÍN PALENCIA
Nace en Barrax (Albacete), el 7 de julio de 1894
1909- Se traslada a vivir a Madrid en compañía de su tío, Rafael López Egáñez
En Madrid asiste a las clases de Elías Tormo. Realiza durante algunos años copias en el Museo del Prado
1916 - Participa con dos obras, "Homenaje a Larra", y "Cabeza de un mártir", en el Salón de Otoño, y le es concedida mención de honor. Conoce al poeta Juan Ramón Jiménez. A través suyo entra en relación con otros escritores y artistas
1923 - Aparece el libro "Niños", con dibujos de Palencia y un texto sobre su obra de Juan Ramón Jiménez
1925 - Participa en la exposición de los Artistas ibéricos, celebrada en el madrileño Palacio del Retiro, y su obra recibe elogiosos comentarios.
1926 - Pinta los decorados y figurines para "La pájara pinta" de Alberti, a la que se proponía poner música Oscar Esplá.
Se inicia una estancia en París que, con largas escapadas a España, se prolongará hasta 1928.
1927 - Participa, con dibujos, en el Homenaje a Góngora. Este año se inician con Alberto las salidas a Vallecas. En el que llaman "Cerro Testigo" realizan un "Monumento a los plásticos vivos". Más adelante se les sumaría Alberti, Maruja Mallo, Caneja y algunos otros y alargarás las excursiones hasta tierras de Toledo.
Primera exposición individual (34 obras y 7 dibujos), en el Palacio de Bibliotecas y Museos, de Madrid, del 18 al 30 de octubre.
1932. - Libro sobre su obra, con texto del propio artista, en la colección "Los nuevos artistas españoles", de Editorial Plutarco.
1933 - Figura en el Grupo de Arte Constructiva, fundado en Madrid por Torres García.
Se funda el grupo Teatral "La Barraca" creado por García Lorca. Palencia es nombrado director artístico y realiza decorados y figurines.
1936 - Es seleccionado por la Bienal de Venecia
l936-1939. Durante la guerra civil permanece en Madrid.
1939 - Inicia la "Escuela de Vallecas" con un grupo de jóvenes artistas: Alvaro Delgado, Gregorio del Olmo, Enrique Nuñez Castelo, San José, Carlos Pascual de Lara.
1943. - Se le concede primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. por el lienzo titulado «Toledo».
1951 - Participa en la I Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en Madrid. Se le concede el Gran Premio de Pintura.
1973. Es elegido miembro de número de la Academia de San Fernando
1974. Toma posesión, el 2 de junio, en la Academia de San Fernando, y da lectura al discurso correspondiente, que verso sobre «Mi concepto y experiencia de la pintura".
1978. Concesión de a Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Se publica el libro "Vida y obra de Benjamín Palencia" de José Corredor Matheos.
Palencia fallece el 7 de enero de 1980 en Madrid
NOTA BIOGRÁFICA DE ALBERTO SANCHEZ
En 1895 nace Alberto en Toledo. Hijo de un panadero ayuda a su padre en el oficio.
Al trasladarse su familia a Madrid, entra de aprendiz en una herrería y más tarde en el taller de un escultor-decorador, donde permanece hasta 1915.
Dos años más tarde va destinado a Melilla, donde realizara sus primeras estatuas.
En 1922 hace amistad con el pintor uruguayo Rafael Barradas, al que más tarde reconocerá como su maestro de iniciación en las artes plásticas
Tres años más tarde tiene lugar la primera Exposición de Artistas Ibéricos, en la que Alberto recibirá los elogios de público y crítica. Al cabo de dos anos la Diputación de Toledo le concede una pensión para consagrarse por entero a las artes plásticas.
En 1936 numerosos artistas marchan a París. Alberto escribe: «Palencia y yo quedamos en Madrid con el deliberado propósito de poner en pie el nuevo arte nacional, que competirá con el de París.»
En 1939 se vio obligado a exiliarse, viviendo en Moscú hasta su fallecimiento en 1962.
NOTA BIOGRAFICA DE GREGORIO DEL OLMO
1921. Nace en Madrid el 13 de febrero.
1933. Asiste a las Escuelas de Artes y Oficios de Madrid.
1936. Comenzada la guerra estudia en la Escuela de Bellas Artes instalada en el Museo de Arte Moderno con Daniel Vázquez Díaz, siendo compañeros suyos; Alvaro Delgado, Carlos Pascual de Lara, San José, García Ochoa y Martínez Novillo.
Acude a la tertulia del escultor Aventin y poco después comienzan, ya terminada la guerra, las actividades del grupo llamado«Escuela de Vallecas» que encabeza con los tres primeros pintores antes dichos, Benjamín Palencia.
1946. Se presenta con el grupo «La Escuela de Madrid» en su segunda exposición de la Galería Buchholz.
1948. Repite en la misma galería con «exposición 16 artistas de hoy».
1952. Exposición personal en Galería Estilo. «Pintura Religiosa» en la Sala Abril. «Arte religioso actual» en Barcelona. Exposición Antológica de acuarelas de pintores españoles, instituto de Cultura Hispánica, y en el Museo Municipal de Santander. Premiado en el concurso de Acuarelas y Motivos Navideños del Ateneo de Madrid. Concurre a la «Quinzaine Espagnole» de Biarritz, y en la de «Arte Sacro» de Londres.
1953. Exposición personal en la Galería Turner de Madrid y en la Sala Caralt de Barcelona. Participa en «Arte Español Actual» Ateneo de Madrid. Exposición homenaje a Vázquez Díaz en la sala de la Dirección general de bellas Artes.
IX Exposición Antológica del Salón de los Once. Obtiene en la Bienal Hispanoamericana de La Habana el premio Jesús Pernas. En París participa en la «Exposición Art Libre» y en la Bienal de Sao Paulo. Arte Español Actual en Santiago de Chile.
Exposición de Retratos Femeninos de Artistas Españoles Contemporáneos en la Dirección General de Bellas Artes.
1955. Exposición Ateneo de Valencia de Venezuela. Exposiciones en Santiago de Chile, Montevideo, Lima, Buenos Aires, Manila y Caracas.
1957. Exposición organizada por el Ateneo, con el título «Escuela de Madrid», en Valencia, Tarragona, Reus, Córdoba y otras ciudades españolas.
1962. Exposición «Escuela de Madrid» en la Galería Quixote de Madrid.
1965. Exposición personal en la sala de exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes.
1968. 1ª Bienal de Arte de Bilbao, obteniendo el premio de adquisición.
1969. 1º Premio en el Certamen de la UNICEF, y también premio Repesa.
1971. Exposición personal en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy de Salamanca y en la Galería Theo de Madrid en la exposición «El pequeño formato» y «Maestros del paisaje» en la Galería Galanis de Valencia.
1972. Exposición personal en la Galería THEO de Madrid.
Por FRANCISCO CALVO SERRALLER
De "Escuela de Vallecas" (Libro editado con motivo de la Exposición de autores de la citada escuela, en el C.C. Alberto Sánchez, entre el18 de diciembre de 1984 a 23 de enero de 1985)

La creación de la Escuela en 1927, año ciertamente fundamental -mítico - para la vanguardia histórica española, los testimonios rememorativos de sus principales protagonistas, Alberto Sánchez y Benjamín Palencia, resultan coincidentes.
Durante un período bastante largo, a partir de 1927, más o menos, Palencia y Alvaro Delgado se citában casi a diario en la Puerta de Atocha, hacia las tres y media de la tarde, fuera cual fuese el tiempo. Recorrían a pie diferentes itinerarios; uno de ellos era por la vía del tren, hasta las cercanías de Villaverde Bajo; y sin cruzar el río Manzanares, torcían hacia el Cerro Negro y se dirigían hacia Vallecas. Terminában en el cerro llamado de Almodóvar, al que bautizaron con el nombre de Cerro Testigo, porque de ahí debía partir la nueva visión del arte español...
Entre 1925 y 1931, años de gloriosa fecundidad dentro de la vanguardia plástica y literaria de nuestro país, prosperó una línea de neo-casticismo, cuyos ejemplos más sobresalientes fueron los de Maruja Mallo, pintora entonces de escenas populares; del propio Benjamín Palencia e incluso hasta de Ramón Gaya y Moreno Villa.

En realidad, aunque los nuevos excursionistas visitaran los mismos parajes vallecanos de antaño y tuvieran como guía privilegiado a uno de los fundadores de la etapa anterior, la situación y el espíritu eran radicalmente distintos.
Desde esa perspectiva, puede uno explicarse la ilusión con que Alvaro Delgado, Carlos Pascual de Lara, Gregorio del Olmo, Enrique Núñez Castelo y Francisco San José rodearon inicialmente a Benjamín Palencia y le siguieron en su intento de resucitar la Escuela de Vallecas. Fue, no obstante, una ilusión pasajera, que, además, no se prolongó mucho en el tiempo para la mayoría de ellos, ya que, salvo San José, el último incorporado, todos abandonaron en 1942.
Desde mi punto de vista, su huella legendaria en el arte español contemporáneo tendrá siempre que ver, tanto en su primera versión de antes de la guerra como en la de después, con un estado de ánimo y con una actitud moral más que con una fórmula artística concreta. Por lo demás tampoco ha sido ésta la primera vez que en nuestro arte desempeñan un papel relevante un tipo de vivencia ética, pues, como ha escrito J. C. Mainer, «la literatura y el arte en España es casi siempre una apuesta a favor de la historia política y corre, por lo tanto, los mismos riesgos que ésta».
GENESIS Y DESARROLLO DE LA ESCUELA DE VALLECAS
ALVARO DELGADO

Madrid, noviembre de 1981
Del catálogo de la exposición de Alvaro Delgado en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza, 1983.
Sobre el tema de Vallecas han mantenido opiniones distintas Francisco San José y Alvaro Delgado. Sanjo, ha sostenido la idea de que aquel pequeño movimiento fue una realidad, y lo ha argumentado. Delgado piensa que nunca tuvieron un programa firme y serio, que sus ideas iban cambiando, compartían eso sí curiosidad y una gran pasión por el Greco.
Alberto fué el primer autor de la idea y el descubridor de aquel paisaje de mesetas de greda y cal.
Benjamín Palencia les dió a conocer la zona de la paramera del este madrileño, Vallecas, que da nombre al grupo.
Alvaro Delgado, Alberto Benjamín Palencia, Caneja, Castellanos, San José,Carlos Pascual deLara, Nuñez Castelo, quedaron citados en el malecón de la estación de Atocha e iniciaron la marcha hacia el pueblo de Vallecas. Palencia les había hablado de aquel paisaje y despertado su curiosidad por conocerio. Recuerdan que era un día gris, hacía frío y los pocos árboles que flanqueaban el camino no tenían hojas. Hicieron parte de la ruta por la carretera general de Valencia y ya próximos se metieron campo a través para ver la pequeña villa desde la vía del ferrocarril de Barcelona. La torre de la iglesia se alzaba sobre un paisaje de casas de labor, rastrojeras y tierras de barbecho. Al fondo un cerro grande salpicado de matas de tomillo. Todo de un hermoso color pardo y plateado. El aire olía a humo de lela y a plantas silvestres.A partir de entonces todo marcha en esa dirección. El paseo a Vallecas se hizo diario. Como no tenían dinero, el camino lo hacían andando. Y empezaron a tener las primeras amistades: Lorenzo, el tabernero; don Abundio, el cura párroco; Arroyo, el herrero; Pablo, el sacristán; el dueño de la pequeña camioneta que hace el servicio público entre el Puente y el Pueblo de Vallecas..., todos van a formar parte de un grupo de relaciones y de acogidos qu
e en un momento dado harán posible el trabajo allá y les ayudan a encontrar taller. Fue un tiempo pleno de ilusión, lleno de conversaciones sobre temas diversos donde unos a otros se van dando a conocer y donde la idea de un grupo de trabajo va redondeándose.A medida que pasa el tiempo comienzan las deserciones. Aquello era difícil. Y al llegar la primavera el grupo ha quedado reducido a Palencia, Carlos, San José y Alvaro Delgado. El resto no pudo aguantar las interminables y largas caminatas, las conversaciones sin fin, y han perdido la paciencia ante el proyecto que no cuaja. Sus familias les presionan para que dejaran aquello, temerosas de un porvenir incierto.
Las circunstancias en el país tampoco favorecen nada. Hace unos meses que estalló la II Gran Guerra y a la situación precaria en que quedaron después de nuestra guerra civil se suman nuevos inconvenientes. El hambre y el frío les obsesionaban. Se añade a ello el que casi todas sus familias pertenecen al bando perdedor de la contienda y su situación económica es muy precaria. Gregorio, Enrique Castelo y Perecito abandonan uno tras otro sin dar explicaciones.
Como era natural, aquello no podía acabar bien y al cabo de quince días en que no hicieron más que fregar suelos, limpiar cristales, arrojar escombros y encalar habitaciones, surgió, por una pequeña puerta que había en el patio, un energúmeno gigantón que se dirigió a ellos enfadado e insultándoles. Al ver que Palencia callaba atemorizado, Alvaro Delgado se enfrentó con el tipo, le dijo alguna impertinencia y le exigíó
que hablase con más respeto ante el mejor pintor de España.El individuo, mucho más enfadado aún, insultó y salió echando chispas. No transcurrieron diez minutos cuando unos fuertes golpes dados en la puerta del patio les obligó a abrirla y se encontraron con el exasperado personaje y una pareja de la Guardia Civil a cuyo auxilio había recurrido para echarles de la casa.
Las dificultades se multiplican. No tienen un cuarto y han de hacer milagros para pagar la parte que les corresponde en el alquiler de la casa. Dibujan gracias a que el padre de Carlos, director de una Escuela, les regala el papel y la tinta. Siguen con hambre. Benjamín se encuentra cada vez más distante, atento solamente a su trabajo y a la felicidad que le corresponde.
Benjamín habla poco del CONVIVIO (nombre que deciden dar al grupo del que Benjamín Palencia se considera maestro) y cuando lo hace es para decir cosas peregrinas: «hemos de pensar en un escudo para el grupo. Puede ser una esfera, símbolo del Universo, dividida en cuatro partes significando los elementos. La esfera descansará sobre un compás de la sección dorada, que es la armonía. Lo haremos en un tamaño tal que pueda llevarse en fa solapa. La vuestra será de plata, como discípulos que sois. La mía de oro».Después de una serie de fracasos, enfrentamientos y enconos, en unas circunstancias que cada vez eran más adversas y situaciones que analizadas no dejaban de ser divertidas, aquello acabó como en una película del buen Chaplin. Carlos y yo - San José eligió quedarse, en estampa melancólica, con los bártulos de pintar bajo el brazo - emprendimos carretera adelante y hacia el ocaso, un camino que podía llevarnos a muchas partes, pero desde luego no al CONVIVIO.
NOTA AUTOBIOGRAFICA DE FRANCISCO SAN JOSE

Nací en Madrid el 25 de abril de 1919
De niño tenía demasiada afición al dibujo y a hacer acuarelas de todo lo que me rodeaba
Mi tío, amigo de Cecilio Plá, Benlliure y otros pintores de la época, devotísimo de Velázquez, canalizaba mis aficiones al cultivó de lo «clásico».
Por medio de Juan Francés, pasé a ser alumno de la Escuela de Artes y Oficios artísticos, por mi rebeldía no podría ser un buen pintor nunca, pero si por mi afición y por mi incansable voluntad de trabajo. Para consolarme decía que como el mundo está cada vez más loco podía aspirar a un buen puesto secundario.
Todo esto lo alternaba con mis estudios regulares en la Escuela Central Superior de Comercio donde conocí e hice entrañable amistad con Enrique Nuñez Castelo, también muy dado, como yo a la pintura y que posteriormente iba a alinearse en el grupo de Vallecas.
He de confesar que el griego se me atravesaba, lo que no impidió que leyera una gran parte de escritos y curiosidades pitagóricas que es lo que siempre me ha interesado.
En 1937 y 38 paso a la Escuela de Bellas Artes con Daniel Vázquez Díaz. Despertó en mí un ansia voraz por conocer todo o nuevo y anticanonico. Comprendí que en nuestro tiempo ya no encajaba Monna Lisa ni Las Meninas sino en el Museo.
Lleno de fiebre renovadora y alentado por el maestro comencé mis primeros ejercicios en contra de todo lo que me habían enseñado que era bueno. Allí conocí a Alvaro Delgado, Cirilo Martínez Novillo, Gregorio del Olmo, y Carlos Pascual de Lara. Con Luis Gracia Ochoa iba a dibujar estatua en el Casón y pintábamos en su casa.La guerra española estaba en su punto álgido y decisivo; en 1939 cambié los pinceles por las armas pasando a los frentes de la defensa de Madrid.
La dura experiencia del hambre, la visión de los muertos, la pobreza y la duda al cumplir los veinte años cambiaron mi carácter conviniéndome en hombre reservado.
Los avatares, vicisitudes, programas, manifiestos, realizaciones, luchas y fracasos de la Escuela de Vallecas no cabrían en un extenso libro. Y sus triunfos, porque la verdad, de allí surgió la apertura total hacia la faz que conforma hoy toda la pintura española.
Poníamos mucha atención y deseábamos siempre una nueva visión de las cosas. Estábamos muy informados sobre el arte contemporáneo.
Estas crisis y otras dificultades de reunión no tardaron en mermar el reducido grupo. Alvaro, Gregorio, Carlos, Enrique fueron desapareciendo y la Escuela de Vallecas fuimos durante muchos años Benjamín y yo solos.
La crisis me empujó a unos tanteos sobre arte abstracto geométrico y linealista. Bulcholz y Clan me compraban exposiciones.
Benjamín tuvo un gran triunfo. Le concedieron primera medalla y la consagración. Su pintura comenzó a alcanzar los primeros precios dignos en el mercado. Al principio tímidamente, después en ascenso astronómico. Yo, nada.
Mi espíritu insolidario me apartaba del trato de gentes.
Yo dibujaba en modestas cuartillas y sobre expedientes de la RENFE.Casi toda mi familia murió de indigencia y tuberculosis. Yo mismo adquirí la terrible enfermedad. me salvé por mi rabia.
Me casé con la pintora Pilar Aranda. No teníamos ni un rincón para vivir como no fueran los páramos de Vallecas. Un accidente casi mortal sobre el hígado la inutiliza periódicamente.. Se habló de un trópico, de América. Por circunstancias familiares podíamos ir a Venezuela. Nos residenciamos en Caracas en agosto de 1956.
Caracas es la ciudad de la eterna primavera. Cuando llegamos nadaba en la abundancia. Criollos y emigrantes de todas partes del mundo se disputaban el reparto del petróleo. En este río revuelto de los años cincuenta, en Caracas se podía pescar de todo.
Al poco vendimos un lote de cuadros a una empresa de seguros. Un accidente en el trabajo sufrido por Pilar acabó con los pequeños ingresos en una clínica. En una ciudad de tan fuerte economía, la pintura apenas tenía cotización ni aprecio. Era considerada una ocupación para perezosos u ociosos ricos.
Pilar hacía tarjetas de Navidad, decoración y dibujos para revistas. Esto duró poco Luego pasé a otras dos empresas dibujando folletos para venta de fincas y otros productos. Mientras yo estaba entretenido en estos menesteres iba pintando cuadros en los ratos libres, principalmente Caracas y sus alrededores, lo que me rodea y a mi manera, lo más posible alejado de los modos de otros, como he hecho siempre. Pilar recibía cuatro o cinco personas que querían aprender a dibujar y pintar. Yo pintaba y guardaba mis cuadros.Ha realizado exposiciones en muchas salas de Caracas, voy perdiendo la cuenta. La primera en 1958 en la galería Norte-Sur, que dirigía el pintor Felipe Vallejo. El interés del público y el número de galerías venezolanas va en aumento, lo mismo que el interés hacia nuestra pintura y nuestra labor didáctica. Siempre se nos espera, y tenemos obras en muchas colecciones venezolanas.
FRANCISCO SAN JOSÉ
Octubre de 1972
NOTA BIOGRÁFICA DE BENJAMÍN PALENCIA
Nace en Barrax (Albacete), el 7 de julio de 1894

1909- Se traslada a vivir a Madrid en compañía de su tío, Rafael López Egáñez
En Madrid asiste a las clases de Elías Tormo. Realiza durante algunos años copias en el Museo del Prado
1916 - Participa con dos obras, "Homenaje a Larra", y "Cabeza de un mártir", en el Salón de Otoño, y le es concedida mención de honor. Conoce al poeta Juan Ramón Jiménez. A través suyo entra en relación con otros escritores y artistas
1923 - Aparece el libro "Niños", con dibujos de Palencia y un texto sobre su obra de Juan Ramón Jiménez
1925 - Participa en la exposición de los Artistas ibéricos, celebrada en el madrileño Palacio del Retiro, y su obra recibe elogiosos comentarios.1926 - Pinta los decorados y figurines para "La pájara pinta" de Alberti, a la que se proponía poner música Oscar Esplá.
Se inicia una estancia en París que, con largas escapadas a España, se prolongará hasta 1928.
1927 - Participa, con dibujos, en el Homenaje a Góngora. Este año se inician con Alberto las salidas a Vallecas. En el que llaman "Cerro Testigo" realizan un "Monumento a los plásticos vivos". Más adelante se les sumaría Alberti, Maruja Mallo, Caneja y algunos otros y alargarás las excursiones hasta tierras de Toledo.
Primera exposición individual (34 obras y 7 dibujos), en el Palacio de Bibliotecas y Museos, de Madrid, del 18 al 30 de octubre.
1932. - Libro sobre su obra, con texto del propio artista, en la colección "Los nuevos artistas españoles", de Editorial Plutarco.

1933 - Figura en el Grupo de Arte Constructiva, fundado en Madrid por Torres García.
Se funda el grupo Teatral "La Barraca" creado por García Lorca. Palencia es nombrado director artístico y realiza decorados y figurines.
1936 - Es seleccionado por la Bienal de Venecia
l936-1939. Durante la guerra civil permanece en Madrid.
1939 - Inicia la "Escuela de Vallecas" con un grupo de jóvenes artistas: Alvaro Delgado, Gregorio del Olmo, Enrique Nuñez Castelo, San José, Carlos Pascual de Lara.
1943. - Se le concede primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes. por el lienzo titulado «Toledo».
1951 - Participa en la I Bienal Hispanoamericana de Arte, celebrada en Madrid. Se le concede el Gran Premio de Pintura.
1973. Es elegido miembro de número de la Academia de San Fernando
1974. Toma posesión, el 2 de junio, en la Academia de San Fernando, y da lectura al discurso correspondiente, que verso sobre «Mi concepto y experiencia de la pintura".
1978. Concesión de a Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Se publica el libro "Vida y obra de Benjamín Palencia" de José Corredor Matheos.
Palencia fallece el 7 de enero de 1980 en Madrid
NOTA BIOGRÁFICA DE ALBERTO SANCHEZ

En 1895 nace Alberto en Toledo. Hijo de un panadero ayuda a su padre en el oficio.
Al trasladarse su familia a Madrid, entra de aprendiz en una herrería y más tarde en el taller de un escultor-decorador, donde permanece hasta 1915.
Dos años más tarde va destinado a Melilla, donde realizara sus primeras estatuas.
En 1922 hace amistad con el pintor uruguayo Rafael Barradas, al que más tarde reconocerá como su maestro de iniciación en las artes plásticas
Tres años más tarde tiene lugar la primera Exposición de Artistas Ibéricos, en la que Alberto recibirá los elogios de público y crítica. Al cabo de dos anos la Diputación de Toledo le concede una pensión para consagrarse por entero a las artes plásticas.En 1936 numerosos artistas marchan a París. Alberto escribe: «Palencia y yo quedamos en Madrid con el deliberado propósito de poner en pie el nuevo arte nacional, que competirá con el de París.»
En 1939 se vio obligado a exiliarse, viviendo en Moscú hasta su fallecimiento en 1962.
(Del catálogo «Orígenes de la vanguardia». Galería Multitud)
NOTA BIOGRAFICA DE GREGORIO DEL OLMO
1921. Nace en Madrid el 13 de febrero.
1933. Asiste a las Escuelas de Artes y Oficios de Madrid.
1936. Comenzada la guerra estudia en la Escuela de Bellas Artes instalada en el Museo de Arte Moderno con Daniel Vázquez Díaz, siendo compañeros suyos; Alvaro Delgado, Carlos Pascual de Lara, San José, García Ochoa y Martínez Novillo.

Acude a la tertulia del escultor Aventin y poco después comienzan, ya terminada la guerra, las actividades del grupo llamado«Escuela de Vallecas» que encabeza con los tres primeros pintores antes dichos, Benjamín Palencia.
1946. Se presenta con el grupo «La Escuela de Madrid» en su segunda exposición de la Galería Buchholz.
1948. Repite en la misma galería con «exposición 16 artistas de hoy».
1952. Exposición personal en Galería Estilo. «Pintura Religiosa» en la Sala Abril. «Arte religioso actual» en Barcelona. Exposición Antológica de acuarelas de pintores españoles, instituto de Cultura Hispánica, y en el Museo Municipal de Santander. Premiado en el concurso de Acuarelas y Motivos Navideños del Ateneo de Madrid. Concurre a la «Quinzaine Espagnole» de Biarritz, y en la de «Arte Sacro» de Londres.
1953. Exposición personal en la Galería Turner de Madrid y en la Sala Caralt de Barcelona. Participa en «Arte Español Actual» Ateneo de Madrid. Exposición homenaje a Vázquez Díaz en la sala de la Dirección general de bellas Artes.
IX Exposición Antológica del Salón de los Once. Obtiene en la Bienal Hispanoamericana de La Habana el premio Jesús Pernas. En París participa en la «Exposición Art Libre» y en la Bienal de Sao Paulo. Arte Español Actual en Santiago de Chile.
Exposición de Retratos Femeninos de Artistas Españoles Contemporáneos en la Dirección General de Bellas Artes.
1955. Exposición Ateneo de Valencia de Venezuela. Exposiciones en Santiago de Chile, Montevideo, Lima, Buenos Aires, Manila y Caracas.
1957. Exposición organizada por el Ateneo, con el título «Escuela de Madrid», en Valencia, Tarragona, Reus, Córdoba y otras ciudades españolas.
1962. Exposición «Escuela de Madrid» en la Galería Quixote de Madrid.
1965. Exposición personal en la sala de exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes.
1968. 1ª Bienal de Arte de Bilbao, obteniendo el premio de adquisición.
1969. 1º Premio en el Certamen de la UNICEF, y también premio Repesa.
1971. Exposición personal en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy de Salamanca y en la Galería Theo de Madrid en la exposición «El pequeño formato» y «Maestros del paisaje» en la Galería Galanis de Valencia.
1972. Exposición personal en la Galería THEO de Madrid.
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